Debido a que la Iglesia Católica ha tomado a Mateo 19:6 tan seriamente, muchas personas han dejado la Iglesia. Ellos prefieren ignorar este versículo en lugar de someterse al gran sacrificio de mantenerse unilateralmente fieles en su matrimonio. Sin embargo, Jesús quiere que nosotros carguemos nuestra cruz diariamente (Lc 9:23). El quiere que seamos como El, no solo en Su gloriosa victoria, sino también en la manera en que El responde al terrible rechazo que experimenta diariamente (Hb 6:6).

Jesús es la persona a quien más divorcios han cometido. Pecan contra El, lo traicionan miles de veces diarias. El responde a este increíble rechazo con un amor incondicional y perfectamente leal. "Si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo." (2 Tm 2:13). Uno de los propósitos de Dios para el matrimonio es que sea una señal (un sacramento) del amor fiel de Dios por Su cuerpo, la Iglesia.

Un propósito principal de hasta el peor matrimonio es seguir siendo una señal de la fidelidad de Dios. Es por eso que las parejas están casadas "en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe". Muchos de ustedes están sufriendo terriblemente en matrimonios difíciles. Muchos están sufriendo una separación o un divorcio. Sus sufrimientos no son en vano. Son una señal del amor fiel del Señor. El está trabajando y uniendo todas las cosas buenas en su vida y a través de su vida (Rm 8:28). Sufran fielmente, y por tanto con redención.

Rescripto:  †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012

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