de regreso a nuestro hogar
"¡Qué alegría cuando me dijeron: 'Vamos a la Casa del Señor'! " (Salmos 122:1).
Al empezar el Adviento, las lecturas eucarísticas nos invitan a regresar a nuestro hogar. Isaías nos exhorta a que vayamos a la Casa del Señor (Is 2,3 y 5). Jesús profetiza que "muchos vendrán…y se sentarán en mi Reino" (Mt 8,11). Jesús mismo nos invita hacia Él, diciendo: "Vengan a Mi" (Mt 11,28).
Pero estas voces no son las únicas que nos invitan. Comerciantes sin cesar nos invitan a entrar en sus tiendas, visitar a Papa Noel y a gastar mucho dinero. Parientes, colegas y amigos nos invitan a festejar estos 'días feriados'.
No se puede complacer a todas estas voces. Si no escogemos decididamente ir a la Casa del Señor, Satanás se complacerá en utilizar el ajetreo de este diciembre mundano para robarnos el tiempo precioso de cada día. Un continuo decir "sí" a las exigencias del mundo tiene como contrapartida decir "no" a Jesús (Cfr. Mt 6,24). Decir "sí" a Jesús significará dar un "no" muchas de las actividades este diciembre.
Apaga las voces de la televisión, la radio, y el internet. Pon atención a la voz de Dios en las Escrituras. Pon a Jesús en el primer lugar de tu lista esta Navidad. Este Adviento, da prioridad diaria a festejar el Nacimiento con la Santa Misa, el banquete del Cordero. Aquellos que acuden a la Casa de Dios "vencerán al mundo" (Cfr. Jn 16,33). ¡Ven, vamos a la Casa del Señor! (Sal 122,1). "¡Ven, adorémosle!"
Oración: Jesús, que te llene de alegre asombro (Mt 8:10) con los cambios que haré en mi vida este Adviento.
Promesa: "Yo mismo iré a curarlo." Mt 8:7
Alabanza: Oración deSan Francisco celebraba misa cada domingo para la colonia de leprosos del pueblo.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo editorial.)