Un nuevo año litúrgico comienza con la temporada de Adviento. ¿Cómo podemos comenzar este año litúrgico debidamente?

Las empresas humanas comienzan con planes y esfuerzos humanos. La Iglesia, empero, es dirigida por Jesús, la cabeza de la Iglesia (Col 1,18), y por eso la Iglesia es humana y divina (CIC #779). Por lo tanto, Dios toma la iniciativa y nosotros le seguimos.

He aquí algunas sugerencias para que este año litúrgico sea exitoso:

• Estemos atentos y escuchemos pacientemente al Señor cada día en el que recibiremos sus "instrucciones" (1Tes 4,2).
• Una vez sepamos lo que Dios quiere de nosotros, recibamos su Voluntad con espíritu de docilidad y alegre sumisión.
• Cooperemos, en lugar de resistir, lo que Dios nos pide.
• "Hagamos mayores progresos" en vivir por y para Jesús (1Tes 4:1)
• "Comportémonos de manera agradable a Dios". (1Tes 4:1)
• "Tengamos cuidado de que nuestro espíritu no se hinche con los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida". (Lc 21:34).
• "Seamos santos e irreprochables delante de Dios". (1Tes 3:13).

Los planes del Señor para la Iglesia y para nosotros son "infinitamente mejores que lo que podemos pedir o pensar". (Ef 3:20). "Hágase Su voluntad!" (Mt 6:10).