En la época de José había una hambruna física mundial. Amos profetizaba una hambruna espiritual: "Vendrán días -oráculo del Señor- en que enviaré hambre sobre el país, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de escuchar la palabra del Señor" (Am 8:11). Hoy tenemos hambrunas peores. Mientras cientos de millones se mueren de hambre físicamente, países dominados por los comunistas chinos y / o musulmanes les niegan a más de dos billones de personas, el libre acceso al alimento espiritual de la comunidad cristiana, a la Biblia y a los Sacramentos. Inclusive peor que eso, cientos de millones de cristianos tienen una tercera hambruna y están anoréxicos espiritualmente. Ellos se han impuesto a sí mismos una inanición espiritual. Esto provoca debilidad en grandes sectores de la Iglesia que la convierte en un felpudo para el diablo, y lo deja a él "hacer lo que quiera, incluso matar sin castigo" mientras destruye gente mediante otras formas de hambruna (ver Jn 8:44).

Necesitamos otros José para perdonar, dirigir y administrar, para así, renovar la Iglesia, la cual tiene: "el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia" (Mt 10:1). El Señor por medio de su Iglesia liberará a aquellos que han perdido su apetito espiritual. La Iglesia, nos llamará a arrepentirnos y nos curará de nuestra enfermedad de pecados, la cual nos ha quitado nuestro apetito espiritual. Entonces la Iglesia estará alimentada, y será suficientemente fuerte para alimentar el apetito físico y el espiritual. La Iglesia proclamará entonces, el reinado de Dios y expulsará la cultura de muerte (ver Mt 10:7).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 12 de diciembre de 2018

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