Pablo advirtió a los cristianos efesios uno por uno, de noche y de día. Él les advirtió de "lobos rapaces" de su propio rebaño que tratarίan de arrastrar a los discípulos con doctrinas perniciosas (Hch 20:29-30).

El Nuevo Testamento hace gran hincapié en alertar a los cristianos que se guarden de las falsas enseñanzas. Jesús nos advierte contra lobos rapaces cubiertos con pieles de ovejas (Mt 7:15) y pastores asalariados que no protegen a las ovejas (Jn 10:12-13). Pablo le pidió a Timoteo que "permaneciera en Éfeso, para impedir que cierta gente enseñara doctrinas extrañas" (1 Tim 1:3). Él le advirtió a Timoteo: "Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas" (2 Tim 4:3-4).

Usando la espada del Espíritu (ver Ef 6:17), la Iglesia ha de ser "columna y fundamento de la verdad" (1 Tim 3:15). En el poder del Espíritu de la Verdad (ver Jn 16:13), debemos "combatir por la fe, que de una vez para siempre ha sido transmitida a los santos" (Jud 3). "También debe estar firmemente adherido a la enseñanza cierta, la que está conforme a la norma de la fe, para ser capaz de exhortar en la sana doctrina y refutar a los que la contradicen. Son muchos, en efecto, los espíritus rebeldes, los charlatanes y seductores, sobre todo, entre los circuncisos" (Tit 1:9-10). "Muchos imitarán su desenfreno, y por causa de ellos, el camino de la verdad será objeto de blasfemias" (2 Pe 2:2).

Por eso, "conserva lo que se te ha confiado, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros" (2 Tim 1:14).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 12 de diciembre de 2018

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