"me liberó" (ver sal 18:20)
"Vayan al Templo y anuncien al pueblo todo lo que se refiere a esta nueva Vida" (Hechos 5:20).
Los apóstoles estaban en la cárcel, y de repente el ángel del Señor los libró milagrosamente (Hch 5:19). Los apóstoles no solo fueron librados de sus cadenas físicas, pero también librados de las cadenas del miedo, las cuales los tenían escondidos en la habitación antes de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés (ver Jn 20:19; ver Hch 2:4). Hubiera sido comprensible si los apóstoles hubieran huido de Jerusalén por autoconservación y el deseo de evitar más persecución. Sin embargo, los apóstoles obedientemente y con valentía "tomaron su lugar" en público y reanudaron su evangelización y enseñanza sobre la vida nueva en Jesús, y la vida en el Espíritu (ver Hch 5:20-21).
El Señor liberó a los apóstoles entre el público (2 Sm 22:20; Sal 18:20). Ellos eran "una columna de hierro, una muralla de bronce frente" a sus oponentes (Jer 1:18). En Jesús no debemos tener miedo de nuestros enemigos ni vivir envueltos en cadenas de miedo. El Señor promete: "ellos se volverán hacia ti, pero tú no te volverás hacia ellos" (ver Jer 15:19). En la libertad del Espíritu, podemos caminar en la luz, en la alegría del Señor, Quien es nuestra fortaleza (Neh 8:10). En Jesús, podemos vencer el mundo (Jn 16:33).
"La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron" (Jn 1:5). Once días atrás, en la Vigilia de Pascua, iniciamos la liturgia en la oscuridad. Recibimos la luz de Cristo del cirio Pascual, y pronto la Iglesia oscura fue iluminada con luz. "Así debe brillar…la luz que hay en ustedes" (ver Mt 5:16). Ustedes son la luz del mundo. No vivas con miedo. En Jesús, tu eres la luz del mundo (Mt 5:14).
Oración: Padre, consúmeme. Que mi corazón siempre arda por Jesús.
Promesa: "Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna" (Jn 3:16).
Alabanza: San José enseñó a Jesús a trabajar con madera. Luego Jesús trabajó la salvación del mundo en la cruz de madera.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de enero de 2019
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