sepultado vivo
"Por el bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, porque, así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva" (Romanos 6:4).
Para aquellos que lean este libro fielmente y tratan de ir a Misa todos los días, hoy es un día muy extraño. Hemos centrado nuestras vidas en Jesús en la Eucaristía. Vivimos para recibirlo; vivimos porque Lo hemos recibido. Jesús dijo: "Les aseguro que, si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben Su sangre, no tendrán Vida en ustedes" (Jn 6:53). Hoy, durante unas largas horas, la Iglesia nos priva del centro de la vida y la vida misma. Debido a que no podemos recibir la comunión, e incluso de ir a la iglesia para experimentar su presencia eucarística, no tenemos nada que hacer sino dejar que pase el tiempo, y esperar lo que parece ser una eternidad, hasta la celebración de la Vigilia esta noche. Sin comunión, sin vida, nos sentimos sepultados como lo estuvo Jesús. Sin embargo, como Jesús, pronto y muy pronto, nos levantaremos.
Oración: Padre, espero contra toda esperanza (Rom 4:18).
Promesa: (ninguna)
Alabanza: (ninguna)
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de enero de 2019
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.