la vida – regalo divino
"Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes" (1 Corintios 11:24).
La Eucaristía es el Cuerpo y Sangre, alma y divinidad de Jesús. La Eucaristía no es solo un regalo de Dios, sino que el Regalo es el mismo Dios. Por consiguiente, la Eucaristía es el más grande de los regalos.
¿Cómo debemos contestar cuando Dios nos da Su Cuerpo y Su Sangre? La respuesta correcta a este inconmensurable regalo, es la comunión (ver Sal 116:12ss), esto es, compartir el amor incondicional y pactado. Asimismo, cuando Jesús nos da Su Cuerpo y Su Sangre, Él no solo nos presenta con el Regalo más grande, sino también la más grande responsabilidad (ver Lc 12-48). Cuando Dios nos da Su Cuerpo y Sangre, estamos colocados en la posición, donde definitivamente lo rechazamos o comulgamos con Él, en tal nivel de profundidad, que cada aspecto de nuestras vidas se transforma para nunca ser él mismo que antes. No viviremos solo para nosotros, sino para Él (2 Co 5-15). Entregamos nuestras vidas (Lc 9:24).
En este Jueves Santo, respondamos a este inmenso Regalo dándonos radical, incondicional y totalmente a Jesús. No solo vayamos a comulgar, sino que estemos en Comunión. No dejemos que la Comunión solo sea una parte de nuestra vida, hagamos que nuestras vidas sean parte de una Comunión Trinitaria, eterna e infinita.
Oración: Padre, que la Santa Comunión ponga fin a mi vida egoísta y mundana.
Promesa: "Si Yo, que soy el Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros" (Jn 13:14).
Alabanza: "Oh Santísimo Sacramento, Oh Divino Sacramento, todo honor y acción de gracias sean para Ti en todo momento".
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de enero de 2019
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.