reúnanse en su nombre
"No dijo eso por sí mismo, sino que profetizó como Sumo Sacerdote que Jesús iba a morir por la nación, y no solamente por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios" (Juan 11:51-52).
El Señor prometió que reuniría a su pueblo del exilio y "los reuniré de todas partes" (Ez 37:21). Esta promesa se cumplió definitivamente cuando Jesús murió en la cruz "para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos". Al ser bautizados en la muerte y Resurrección de Jesús, estamos unidos al único Cuerpo de Cristo, la Iglesia (1 Co 12:13). Sin embargo, cuando pecamos, rompemos nuestro pacto bautismal, nos dispersamos y alienamos. Pero mediante el arrepentimiento y la celebración del Sacramento de la Reconciliación, nos reunimos nuevamente con el Señor y Su Iglesia.
El Señor continúa haciendo una gran reunión en este tiempo de Cuaresma. Por ejemplo, uno de nuestros lectores nos ha informado que seis miembros de su familia fueron bautizados o entraron en plena comunión con la Iglesia durante la última Vigilia Pascual. Otra lectora se regocija de que después de haber rezado durante diez años, su hija haya pasado de ser una católica alejada a ser una comunicante diaria. Una tercera lectora agradece al Señor que dos de sus hijos adultos asistan a Misa en días entresemana además de los domingos. El Señor está reuniendo a Su pueblo. Fijemos nuestros ojos en Él (Heb 12:2) y estemos llenos de esperanza.
Oración: Jesús, levantado en la cruz, en la Resurrección y sentado a la derecha del Padre, atrae a todos hacia Sí (Jn 12:32).
Promesa: "Si lo dejamos seguir así, todos creerán en Él" (Jn 11:48).
Alabanza: San Martín I fue Papa y mártir en la iglesia primitiva. Él es conocido como "Glorioso definidor y pilar de la Fe Ortodoxa, jefe sagrado de dogmas divinos, verdadero reprobador de la herejía, y maestro de religión".
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de enero de 2019
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