¿abrumado?
"Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer" (Marcos 6:31).
Jesús y Sus apóstoles fueron abrumados por las demandas que se les hicieron. Jesús trató de resolver el problema yendo con Sus apóstoles en un bote a un lugar desierto (Mc 6:32). Sin embargo, miles de personas encontraron a Jesús al otro lado del lago, y Jesús se enfrentó a la tarea humanamente imposible de alimentar a miles de personas en el desierto.
Cuando las demandas que se le hagan parezcan abrumadoras y cuando sus intentos de lidiar con sus problemas resulten en mayores problemas, hay esperanza porque:
- El Dios de la paz lo capacita "para cumplir su voluntad, practicando toda clase de bien" (Heb 13:21).
- El Señor cumple Su promesa: "No te dejaré ni te abandonaré" (Heb 13:5).
- Jesús "puede salvar en forma definitiva los que se acercan a Dios por su intermedio" (Heb 7:25).
- Podemos ir "confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno" (Heb 4:16).
La vida es dura, y a menudo se vuelve más difícil. Sin embargo, podemos acercarnos a Jesús si estamos "afligidos y agobiados" (Mt 11, 28). Solo Él nos dará descanso, porque Su yugo es suave y Su carga liviana (Mt 11:29-30). La paz es el regalo de despedida de Jesús para nosotros (Jn 14:27). Descansa en Jesús.
Oración: Padre, confío en ti en los momentos más difíciles.
Promesa: "Que Él haga en nosotros lo que es agradable a sus ojos, por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén" (Heb 13:21).
Alabanza: Tomarse el tiempo para la adoración eucarística frecuente evita a Esteban que sea abrumado por el mundo.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018
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