Una gran tentación al ser discípulo de Cristo es tratar de hacerlo todo uno mismo, de ser líder de la manada. Empero, san Bernabé, quien estaba en posición de ser la principal atracción en la iglesia de Antioquía, "era un hombre bondadoso, lleno de Espíritu Santo y de mucha fe" (Hch 11:24), aun así Bernabé se dio cuenta de que necesitaba ayuda en su trabajo de enseñar a los jóvenes cristianos de Antioquía.

Así que, fue a Tarso a buscar a Saúl. "Buscando a Saúl" en una gran ciudad sin comunicaciones modernas era arduo y tomó tiempo. Puede haber llevado días, incluso semanas, para que Bernabé encontrase a Saúl. Sin embargo, Bernabé sabía que Saúl poseía poderosos dones del Espíritu que se necesitaban para su misión en Antioquía. "Cuando [Bernabé] lo encontró [Saúl], lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de 'cristianos'" (Hch 11:26). Desde Antioquía, Bernabé y Saúl fueron enviados por esa nueva iglesia en el primer viaje misionero cristiano (Hch 13:1-3).

Bernabé quería una vida en plenitud (Jn 10:10) para los cristianos en Antioquía, e hizo todo lo que fuera necesario para llevar eso a cabo. ¿Qué hay de ti? Si alguien pudiera ayudarte en tu ministerio o iniciativa, ¿le pedirías su ayuda? ¿Podrías buscarlos a tu propio costo personal para rogarles que ayuden?

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.

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