más grande que jonás
"Aquí hay alguien que es más que Jonás" (Lucas 11:32).
Jonás fue un profeta reacio y renuente. No quería obedecer al Señor pero tampoco habría elegido terminar en el vientre de una ballena.
Sin embargo, los malvados ninivitas no se arrepintieron sin reticencias ni quejas. Sorprendentemente, "decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia" (Jon 3:5). Habían pecado intensamente y se arrepintieron con mayor intensidad.
La reina del sur "vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón" (Lc 11:31). Ella no reparó en gastos para escuchar a Salomón.
El cristianismo no es para los tibios y mediocres Jonás. Más bien, el cristianismo es para los apasionados, entregados y radicalmente "violentos" que se apropian del reino de Dios por la fuerza (ver Mt 11:12). El cristianismo no es para aquellos que se encierran en el corredor de la muerte de la prisión del minimalismo, porque la letra de la ley mata (2 Co 3:6). El cristianismo es para aquellos que cumplen la ley e inspirados por el Espíritu van más allá de la ley y transitan por el corredor de la vida abundante (2 Co 3:6; Jn 10:10).
En consecuencia, asiste con más frecuencia a Misa, no solo los domingos. Confiésate con regularidad. Ayuna diariamente durante Cuaresma y frecuentemente durante el año. Extiende tu ofrenda del diezmo hasta la donación. Ora por los demás asiduamente. Cambia tu estilo de vida por el estilo de vida de Jesús. Atestigua a los demás sobre Jesús, aun cuando puedas ser perseguido. Vive para Jesús con amor radical y libertad.
Oración: Jesús, enciende un fuego sobre la tierra (ver Lc 12:49), y permite que ese fuego inicie en mi corazón.
Promesa: "¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!" (Sal 51:3-4)
Alabanza: ¡Las enseñanzas de san Pedro Damián han guiado a la Iglesia por más de mil años y se conservan hasta la actualidad!
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 29 de noviembre de 2017.
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