"¡la misericordia triunfa!" (ver stg 2:13)
"Que llegue hasta mí Tu misericordia, Señor" (Salmos 119:41).
En la primera lectura eucarística y Evangelio de hoy, los cristianos gálatas y los fariseos reciben corrección de San Pablo y de Jesucristo, respectivamente. Estos grupos parecen haber fallado al comprender que Dios prefiere obrar por el amor misericordioso y bondadoso y no por medio de prácticas religiosas motivadoras para justificarnos ante el Señor.
Jesús desafía a los fariseos – como también a nosotros – así: "Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios" (Mt 9:13; véase también Os 6:6). Por lo tanto, oremos siempre las palabras del salmo responsorial de hoy, "Que llegue hasta mí Tu misericordia" con toda Tu tierna bondad y cariño "Señor" (Sal 119:41).
La actitud del publicano, humilde, mostrándose honestamente bajo la misericordia de Dios, es la manera aprobada por Jesús de justificarse a los ojos de Dios (Lc 18:14). Intentar ganarnos el favor de Dios no nos justifica con Dios y también es imposible de cumplir. (Is 26:18, Sal 49:9). Ora humildemente con la Iglesia hoy: "Que llegue hasta nosotros Tu misericordia, al fiarnos completamente en Ti" (ver Sal 33:22).
Oración: Que llegue hasta mi Tu misericordia, y no Tu justicia. Te abro mi vida y te pido salvación por Tu misericordia. Jesús pongo mi confianza Ti.
Promesa: La fe "obra por medio del amor" (Gál 5:6).
Alabanza: Antes de enviudar, santa Eduviges construyó un hospital. Después, entró al convento y se hizo monja.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018
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