Samuel había sido un gran líder para Israel; sin embargo, sus hijos no siguieron su ejemplo (1 Sm 8:5). Por lo tanto, ellos no habrían sido buenos líderes para Israel. Entonces, ¿quién iba a ser el líder de Israel?

La respuesta más directa a este problema habría sido que los hijos de Samuel entregaran sus vidas al Señor. Pero los israelitas asumieron que los hijos de Samuel no se convertirían. Así que Israel decidió instaurar una forma pagana de gobierno, un reino (1 Sm 8:5).

Vivimos en una cultura de muerte donde millones son destruidos como consecuencia del aborto, la eutanasia, el racismo, el hambre y otras injusticias flagrantes. Hemos tratado de enfrentar estas catástrofes cambiando a los gobiernos, a la prensa, a las instituciones médicas y otros aspectos de nuestra sociedad. Ciertamente, esto es parte de la voluntad de Dios. Sin embargo, la vía directa para transformar esta cultura de muerte es entregando nuestras vidas a Jesús y guiando a padres, promotores del aborto y personal médico a la conversión.

Si tu matrimonio se encuentra en problemas, las condiciones de trabajo son intolerables, tu familia es un caos, tus finanzas son un desastre o tus esperanzas están destrozadas, la solución más directa para resolver tus dificultades no es otra más que la conversión a Cristo. Vive completamente para Jesús. Invita a otros a hacer lo mismo.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de julio de 2017.

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