Doce exploradores israelitas caminaban alrededor de la tierra prometida. Diez vieron un desastre y sembraron "y divulgaron entre los israelíes falsos rumores" (Num 13:32), dos de ellos, vieron la mano de Dios, lista para bendecir a Su gente para una entrada rápida a la tierra prometida, estos dos exploradores sembraron fe y confianza (Num 14:6). Pero, aun así, la gente escuchó a la mayoría de los exploradores y murieron fuera de la tierra prometida.

El Papa Juan Pablo II profetizó que los planes de Dios son el inicio de la liberación mundial de la deuda económica y van a traer una nueva primavera para la Cristiandad (ver Hacia el Tercer Milenio, Juan Pablo II, 51). Muchos dudan que cualquier cambio mundial no es posible. Lo que si ven es, el poder abrumador de las fuerzas de la sociedad y del gobierno para negar cualquier plan que Dios pudiese tener.

¡Pueblo de Dios, abran los ojos para que puedan ver! (2 Re 6:17ss). Cuando el pueblo de Dios está en una encrucijada, el camino de Dios es revelar Su plan para liberar completamente a Sus profetas (ver Am 3:7) tal es el caso del Papa. A través de la historia, Sus profetas fielmente revelaron el plan, y generalmente la gente lo rechazó, temiendo un desastre, pero el desastre que temían terminó siendo el mismo castigo que recibieron (Num 14:28). Cuando la gente rechaza una profecía, no solamente pierden una gran bendición sino que realmente se "oponen" a Dios (Num 14:34).

"Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgara" (Mt 7:2). Si crees en Dios y trabajas con Él, recibirás lo que crees – y aún más. Si no crees en Dios, recibirás lo que crees – pero peor.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de mayo de 2017.

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