trabajo en la granja
"El sembrador salió a sembrar…" (Mateo 13:3).
El reino de Dios es como cuando se va a sembrar. El terreno puede que tenga mucha tierra, estar al borde del camino (Mt 13:4), o es simplemente pedregoso (Mt 13:5). En nuestra cultura anticristiana de la muerte, ser innovador es una tarea bien dura. Podemos romper los suelos y los corazones más duros si obedecemos al Señor. Con frecuencia Él nos llama a orar, ayunar, predicar y sufrir con desempeño. Estas son las principales formas en que el Señor nos permite unirnos a romper barreras.
El reino de Dios no solo implica romper barreras sino también la de limpiar el terreno de espinas, que son los deseos mundanos que impiden nuestro crecimiento en el Señor (ver Mt 13:7). Podemos ayudar a limpiar el terreno arrepintiéndonos de transigir con las artimañas del mundo. (ver Mt 13:22). De esta manera, crucificamos nuestra "carne con sus pasiones y sus malos deseos" (Gal 5:24) y ayudamos a otros a hacer lo mismo.
En el reino de Dios, se trabaja no solo con los tipos y condiciones del terreno; también trabajamos con el fruto. Podemos aumentar nuestra fecundidad de treinta a sesenta o cien veces más (Mt 13:8), y ayudar a otros a hacer lo mismo, al ceder por completo al Espíritu Santo (ver Gal 5:22-23, 25).
Agricultores de Jesús: rompan la tierra, preparen el terreno y aumenten el rendimiento del fruto. Siembren para Jesús.
Oración: Padre, que pueda aportar un buen día de trabajo cada día en Tu granja (ver 1 Co 3:8-9).
Promesa: "Yo haré caer pan para ustedes desde lo alto del cielo" (Ex 16:4).
Alabanza: Los santos Joaquín y Ana aceptaron el llamado de Dios a casarse y criar una hija. Ellos dedicaron su hija a Dios, y Él la bendijo entre todas las mujeres.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de marzo de 2017.
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.