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"Yo daré esta tierra a tu descendencia... Abram... Luego siguió avanzando" (Génesis 12:7, 9).
A medida que pasó Abram por la tierra de Canaán, Dios le prometió que sus descendientes heredarían la tierra. Sin embargo, al momento los cananeos todavía ocupaban esa tierra (Gn 12:6). Abram luego continuó su viaje hacia el sur a muchas millas hasta el desierto de Négueb. Abram consiguió la promesa, pero todavía no tenía la tierra.
Josué guió a los israelitas a la tierra prometida, pero no lo poseían todavía. Dios les dijo que no ocuparían la tierra en un año; no eran lo suficientemente numerosos. Dios desplazó a los pueblos que allí residían enviando avispones para expulsarlos, poco a poco. De la misma manera, el Señor dijo, las responsabilidades adicionales demostrarán ser demasiado para ellos (ver Ex 23:28-30; Dt 7:22). Así que Dios permitió a los cananeos quedarse un tiempo, para mantener y mejorar los terrenos y viviendas, hasta el momento que los israelitas pudieran tomar posesión.
Abram y Josué ambos experimentaron retrasos. A medida que Josué descubrió, que a veces un retraso es el resultado de la bondad de Dios, Abram aprendió que a veces un retraso es para el beneficio de otros, no para nosotros, y debemos soportar pacientemente, para que otros que ni siquiera vamos a conocer, puedan ser bendecidos por medio de nosotros (Gn 12:2-3).
¿Hay un atraso en su vida que no puedes entender? Permite que Dios lo utilice para trabajar todas las cosas para el bien (Rom 8:28).
Oración: Padre, cuando Tú me dices "todavía no", que pueda confiar que Tú "ya" me has dado todo lo que necesito.
Promesa: "La medida con que midan se usará para ustedes" (Mt 7:2)
Alabanza: Betsy cuando tenía noventa años se preguntó por qué tenía que ir a la residencia de ancianos. Entonces, ministró a los de ochenta años de edad.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de marzo de 2017.
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