mira hacia arriba y sal
"Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse y una nube lo ocultó de la vista de ellos" (Hechos 1:9).
Los apóstoles le preguntaron a Jesús: "Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?" (Hch 1:6) Ellos estaban interesados en saber el momento en que Jesús restauraría el reino. Jesús respondió: "No les corresponde a ustedes conocer el tiempo" (Hch 1:7). Entonces Jesús procedió a comentar en lo que Él estaba interesado — no es tanto el tiempo, sino las personas responsables de la restauración del reino. Los apóstoles habían asumido que Jesús haría la reconstrucción. Jesús les sorprendió afirmando que ellos eran los que iban hacer el trabajo. Antes de que los apóstoles trataran de trasladar la responsabilidad a Jesús, Él ascendió, dejando a los apóstoles "estupefactos", es decir, teniendo la responsabilidad de hacer discípulos en todas las naciones (ver Mt 28:19). Sin embargo, Jesús no dejó a su Iglesia responsable, pero sí sin poder. Él nos prometió la fuerza del Espíritu (Hch 1:8) y su presencia "¡Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo!" (Mt 28:20).
La Ascensión de Jesús significa que nosotros, los miembros de la Iglesia, debemos continuar lo que Jesús nos dejó. La responsabilidad para la evangelización del mundo es nuestra; el poder del Espíritu Santo es nuestro; y el privilegio de vivir y morir por Su reino es nuestro. Porque Él ha ascendido, debemos salir. Vayamos ya.
Oración: "Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente" (Ef 1:17).
Promesa: "Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de Aquel que llena completamente todas las cosas" (Ef 1:22-23).
Alabanza: Alabado Jesús ascendido "contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos, creído en el mundo y elevado a la gloria" (1 Tim 3:16).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.
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