un ayuno completo
"Mi sacrificio es un espíritu contrito, Tú no desprecias el corazón contrito y humillado" (Salmos 51:19).
En este primer viernes de Cuaresma ayunamos limitando la ingesta de alimentos, así como absteniéndonos de comer carne. Ayunamos con el fin de participar de los sufrimientos del cuerpo de Cristo (Col 1:24). Hemos de preocuparnos más por el cuerpo roto de Cristo que por nuestros propios cuerpos hambrientos. Si el gruñir del estómago solo nos lleva a centrarnos en nuestras propias necesidades, ¿es este el tipo de ayuno que Dios quiere (Is 58:5), para ocuparnos de nosotros mismos más de lo que estábamos antes de empezar el ayuno? Para probar nuestros motivos, el Señor pregunta: "¿es por mí que han practicado esos ayunos?" (Zac 7:5) o "¿no lo hacen por ustedes mismos?" (Zac 7:6) El tipo de ayuno que Dios quiere son los ayunos ofrecidos por gente humilde y suficientemente contrita (Sal 51:19) para ofrecer sus ayunos por un gran avance en su Reino.
En esta Cuaresma, vamos a involucrar no solo nuestras bocas y estómagos en ayuno, sino también las otras partes de nuestro cuerpo. Ayuna con un corazón contrito y humilde. Podemos agregar nuestros corazones a nuestro ayuno ofreciendo a Dios un corazón roto, humilde, que se lamenta por los presos, los hambrientos, los que no tienen hogar, los desnudos (Is 58:6-7) y otros que sufren. Ayuna con los ojos fijos en Jesús y su Palabra (Heb 12:2). Ayuna con "un oído atento" (Sal 40:7). Ayuna con toda tu ser: tu mente, corazón, alma, estómago, los ojos, los oídos, la boca, las manos y los pies (ver Lc 10:27). Derriba el reino de la oscuridad y edifica el cuerpo de Cristo con tu ayuno de Cuaresma (Mt 17:21).
Oración: Jesús, sufriste en todo Tu cuerpo por el bien de todos. Que yo me arme de Tu misma mentalidad (1 Pe 4:1).
Promesa: "Detrás de ti irá la gloria del Señor" (Is 58:8).
Alabanza: Santa Catalina nació en una familia extremadamente rica en Filadelfia. Donó millones de dólares para establecer y sostener las misiones a los grupos minoritarios estadounidenses. También dio su vida a este mismo trabajo, sirviendo a Jesús como religiosa.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.
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