El esposo y la esposa están no solo mental, emocional, sexual y espiritualmente unidos. Ellos son un solo cuerpo. La mujer fue hecha de una parte del cuerpo del hombre (Gn 2:22). Por lo tanto, hombre y mujer son incompletos el uno sin el otro, porque ella es hueso de sus huesos y carne de su carne (Gn 2:23). "Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne" (Gn 2:24).

Cuando una pareja está casada en el Señor (ver 1 Co 7:39), esta profunda unidad corporal entre marido y mujer se tiene en la unidad de la Trinidad. Lo corporal, la unidad Trinitaria en el matrimonio cristiano es un sacramento, un signo, del amor de Cristo por la Iglesia, pues esta es el cuerpo de Cristo (Ef 5:32). Las parejas cristianas casadas son signos que pueden ser uno con Dios y con otros cristianos como el Padre, Jesús y el Espíritu Santo son uno (Jn 17:21). Lo corporal, la unidad Trinitaria en el matrimonio cristiano proclama sacramentalmente: "Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos" (Ef 4:4-6).

Por lo tanto, dejemos que toda la Iglesia ame, ore por y sirva a las parejas casadas. Estas son muy importantes para el cuerpo de Cristo. Las parejas casadas, todos nosotros necesitamos la unidad milagrosa del matrimonio. Entreguen sus vidas y matrimonio a Jesús. Renueven su pacto matrimonial de amor y unidad por el bien de la Iglesia y del mundo.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.

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