La falta de fe aflige a Jesús (Mc 6:6). Jesús vino en medio de una multitud que carecía de fe y expresó su exasperación abiertamente (Mc 9:19, 23). Muchos de nosotros estamos rodeados por una multitud de personas que carecen de fe. ¿Cuál es nuestro nivel de comodidad en estas multitudes? ¿Nos angustia que las personas vivan una vida carente de fe? ¿Qué palabras usamos cuando estamos en presencia de una falta de fe? Decimos:

• "Entiendo tus problemas financieros. Estoy de acuerdo, verdaderamente deberías utilizar el control natal".

• "Debe ser horrible vivir con una esposa así. Estoy de acuerdo realmente deberías dejarla".

• "Sé que estás harto de la Iglesia. Estoy de acuerdo, realmente deberías alejarte de esa gente".

¿O estamos angustiados por la falta de fe y hablamos como lo hizo Jesús?

• "Confía en Dios. Él proveerá para tu gran familia" (ver Fil 4:19).

• "Dios te dará la gracia de amar a tu cónyuge más profundamente. Sé fiel a tus votos" (ver Mt 19:6, 26).

• "No dejes la Iglesia. Cree que Jesús está trabajando fuertemente en la Iglesia" (ver Heb 10:25; Ef 1:22).

Después de que Jesús expresó su exasperación en la lectura del Evangelio de hoy, desafió la fe del padre (Mc 9:23), elevó el nivel de fe del padre (Mc 9:24), y luego enseñó a sus discípulos a expulsar a los demonios por la oración y el ayuno (Mc 9:29; Mt 17:21). ¿Estás angustiado por la falta de suficiente fe para orar, ayunar y hablar como lo hizo Jesús? "Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús" (Fil 2:5).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 30 de noviembre de 2016.

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