el frente de la casa
Jesús les dijo: "'Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia'" (Mateo 13:57).
Nosotros, como cristianos, esperamos que Herodes (Mt 14:1ss), Hitler y Planificación Familiar sean nuestros enemigos. Podemos sorprendernos cuando nuestros propios líderes religiosos nos atacan y nos rechazan (ver Mt 12:1ss). Y quedamos generalmente conmocionados cuando gente de nuestra ciudad natal, incluso de nuestra propia familia, nos rechazan y nos persiguen (ver Mt 13:57). Entendemos el lamento del salmista: "Si fuera mi enemigo el que me agravia, podría soportado; si mi adversario se alzara contra mí, me ocultaría de él. ¡Pero eres tú, un hombre de mi condición, mi amigo y confidente, con quien vivía en dulce intimidad: juntos íbamos entre la multitud a la casa de Dios!" (Sal 55:13-15)
Nosotros, los cristianos, a menudo somos nuestros peores enemigos. Cuando somos "golpeados cerca de casa", nos duele mucho. Por lo tanto, debemos armarnos con la mentalidad de que vamos a sufrir en la carne (1 Pe 4:1), incluso por los más cercanos a nosotros. Jesús dejó en claro que "el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa" (Mt 10:36). Jesús dijo: "Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre" (Lc 21:16-17). Todos los que aún quieren "vivir una vida piadosa en Cristo Jesús" serán perseguidos (2 Tim 3:12), posiblemente por sus familias.
Cuando escuchamos estas graves noticias de persecución en el frente de la casa, debemos alegrarnos de que hemos sido elegidos para compartir los sufrimientos con Jesús.
Oración: Padre, envía el Espíritu Santo para que me enseñe cómo compartir los sufrimientos de Cristo hasta ser formado en el patrón de Su muerte (Fil 3:10).
Promesa: "Yo soy la Resurrección y la Vida" (Jn 11:19).
Alabanza: Santa Marta creyó en Jesús, la Resurrección y la Vida. Ella ejerció ambos, su don de hospitalidad y su capacidad para confiar en el Señor.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de febrero de 2016.
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