"a dios nunca se le gana en generosidad"
"Ahí yo he ordenado a una viuda que te provea de alimento" (1 Reyes 17:9).
El Señor designó a una viuda para proporcionarle alimentos a Elías durante una hambruna. El Señor eligió a una mujer para que le proporcionara alimentos a Elías, pero era tan pobre que tanto ella como su hijo estaban casi por morir de hambre (1 Re 17:12). El Señor continúa asignando gente que provea para su Iglesia, sus pobres y todos sus otros ministerios. También, el Señor asigna no solo a gente rica para financiar a su Iglesia sino también a gente muy pobre.
Esta gente pobre puede no entender cómo podría mantener a la Iglesia con lo suyo pues apenas poseen nada. Sin embargo, si ellos dan su "apenas nada", que es todo lo que tienen "para vivir" (Lc 21:4), el Señor milagrosamente siempre multiplica su harina, aceite (ver 1 Re 17:14), centavos y dólares, panes y peces para proveer no sólo para la Iglesia sino también para sí mismos. Por consiguiente, a los pobres se les alimenta no solo cuando reciben sino también cuando dan.
Todos nosotros somos pobres en varias formas. Para conseguir ayuda, es posible que necesitemos darle ayuda a aquellos que el Señor ha designado como parte de nuestra responsabilidad. "Den, y se les dará" (Lc 6:38).
Oración: Padre, Tú diste a tu Hijo para salvarnos. Que pueda vivir y dar de acuerdo con ello.
Promesa: "Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo" (Mt 5:16).
Alabanza: Roberto le dio unos guantes a un vecino que los necesitaba, y este le pidió a Roberto que si podía acompañarlo para ir a la Iglesia.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de febrero de 2016.
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