el discipulado viene primero
"Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre" (Mateo 8:21).
Jesús no le permitió a uno de Sus discípulos que fuese primero a enterrar a su padre. Muchos exégetas han comentado que el padre de este hombre aún no había muerto; de manera que quien quiera ser discípulo de Jesús debe renunciar a todas sus posesiones, incluyendo una herencia potencial (ver Lc 14:33). Por otra parte, Jesús dijo que si alguien viene a Él sin odiar a su padre y a su madre, esa persona no es digna de ser Su discípulo (ver Lc 14:26, NBAR).
Odiar es una palabra fuerte. En el idioma de la época de Jesús, no había palabras para expresar el concepto de amar más y amar menos. Las únicas palabras en ese idioma eran amar o no amar, es decir, odiar. Para un discípulo, amar a Jesús es lo primero. Todas las demás relaciones personales resultan ser odiosas en comparación con el amor que a Jesús le debemos.
Jesús critica a esos escribas y fariseos que se negaban a atender a sus padres ancianos con la falsa excusa de dedicar sus finanzas a Dios como 'ofrenda", ya que en realidad usaban ese dinero para sus propios intereses (ver Mc 7:11). Ese tipo de práctica furtiva es de hecho odiar a los padres, pero no es este el tipo de "odio" al que se refiere Jesús ni el que manda practicar a Sus discípulos.
Cuando Eliseo pidió despedirse de sus padres, Elías se lo permitió. Eliseo dio a sus padres el beso de despedida y siguió a Elías (1 Re 19:19-21). Eliseo demostró un compromiso total siendo fiel discípulo de Elías, por el sacrificio de sus bueyes y por usar su arado para madera y combustible y así poder asar los bueyes y servirle carne a su gente (1 Re 19:21). De este modo, Eliseo ya no tenía forma de volver a la agricultura; estaba totalmente comprometido.
Jesús nos llama a ser Sus discípulos. Cualquier posesión que Jesús nos conceda ha de estar disponible por completo para servirle. Y ya no hay vuelta atrás. Seguir a Jesús como discípulo es lo primero.
Oración: Señor, quiero amar como Tú amas sin importarme el costo.
Promesa: "Y al que va por el buen camino le haré gustar la salvación de Dios" (Sal 50:23).
Alabanza: San Cirilo defendió la naturaleza divina y humana de Jesús.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de febrero de 2016.
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