"con él"
"El Señor está contigo" (Lucas 1:28).
Las canciones de amor de todas las culturas expresan ese deseo de todo amante que estar con la persona amada, cueste lo que cueste. Del mismo modo, a Jesús no le era suficiente amarnos desde el cielo. Aunque le costara mucho sufrimiento, Él quería a toda costa estar con nosotros. Jesús asumió nuestra naturaleza humana para poder estar con nosotros (Jn 1:14). A Jesús también se le conoce como el "Emmanuel", que traducido significa: «Dios con nosotros»"(Mt 1:23). Incluso si Él tenía que morir por nuestros pecados, aunque le supusiera mucho sufrimiento asumir nuestra humanidad, Jesús nos amó tanto que voluntariamente pagó el precio para poder estar con nosotros y así salvarnos (Heb 10:10). Aún sabiendo que estar con nosotros implicaría ser clavado en una cruz, Jesús no rehuyó los clavos que le atravesaron (ver Rom 5:8).
Jesús, que es el Amor Encarnado (1 Jn 4:8), está con nosotros. Cuando entregamos nuestras vidas a Jesús, nos unimos con Él y estamos en el amor, porque estamos con Jesús. Al estar tan enamorados de Jesús, siempre querremos estar con Él, incluso si eso significa perdonar a los enemigos, estar parado al pie de la cruz, ser ridiculizado y perseguido, padecer pobreza e insultos, ser acusado de odiar a Dios, o incluso ser condenado a muerte. Ninguno de estos inconvenientes nos puede alejar de la alegría de estar con Él (ver Sal 84:11).
Jesús desea tanto estar con nosotros (Lc 22:15) que Él nos da su cuerpo eucarístico para que pueda estar dentro de nosotros (Jn 6:56; 17:23). En cada Misa, ofrecemos nuestras vidas a Dios "Por Cristo, con Él y en Él". Jesús dice: "yo estaré siempre con ustedes" (Mt 28:20). Por lo tanto, en esta fiesta de la Encarnación de Jesús, quédate con Jesús siempre. "¡Alégrate!... el Señor está contigo (Lc 1:28)
Oración: Jesús, te amo y yo fijo mis ojos en Ti (Heb 3:1). Que nunca me aleje de tu lado. Tú eres mi Delicia y mi Amor.
Promesa: "No hay nada imposible para Dios" (Lc 1:37).
Alabanza: Te alabo, Padre, por enviarnos a María que nos enseño cómo decir sí a Dios y vivir ese sí. Te alabo, Jesús, por vivir un perfecto "Sí" (2 Co 1:19).
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 21 de enero de 2016.
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