Estoy seguro de que muchos en las congregaciones iniciadas por san Pablo, lo apreciaban a él y a su ministerio. Él llevó a miles a Jesucristo. Sin embargo, solo los Filipenses compartieron algo con Pablo para proveer a sus necesidades (Fil 4:15). Muchos querían a Pablo, pero pocos lo demostraron. El mundo está lleno de gente amada que piensa que no son amados porque otras personas no les muestran su amor.

"Pero yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas" (Lc 16:9). Deje que sus seres queridos sepan que son amados. Da dinero y regalos. "cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos", y a otros que puedan no saber que son amados (Lc 14:13). Si no tienes ningún dinero, regalos o comida (o incluso si lo tienes), puedes al menos dar una taza de agua fresca en el nombre de Jesús (Mt 10:42). Debemos saludarnos unos a otros con un beso santo (2 Co 13:12), o al menos una palmadita en la espalda. Sin embargo, debemos dejar saber a la gente que son amados expresándolo de una manera tangible.

Esto es lo que hizo Jesús. Él tocó a la gente, incluso a los leprosos, y besó a la gente, incluso a Judas. Él dio a Judas la porción elegida e incluso lavó los pies de los apóstoles (Jn 13:5, 26). Él murió por nosotros y Se nos dio a sí mismo como el Pan de Vida (Jn 6:35). Nuestro Padre celestial nos ama y nos mostró Su amor tanto "que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna" (Jn 3:16).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.

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