¿puedes creerlo?
"El fruto del país será su orgullo... cuando el Señor... limpie a Jerusalén de la sangre derramada en ella" (Isaías 4:2, 4).
Cuando comenzamos el Adviento, la Iglesia nos presenta una serie de asombrosas profecías de Isaías. Estas profecías pintan una imagen de una restauración más gloriosa que cualquier cosa que pudiéramos imaginar (Ef 3:20), una restauración formada por la venida del Mesías, el retoño del Señor (Is 4:2).
Mientras esto se escribe, Jerusalén está sangrando con las secuelas de una serie de suicidios en los mercados y el terror en sus hogares. Sin embargo, el Señor, mediante el Mesías, quiere limpiar "Jerusalén de la sangre derramada en ella" (Is 4:4). Él quiere transformar Jerusalén de tal modo que "la instrucción y la palabra del Señor" surjan en vez del conflicto (Is 2:3). Isaías proclama un Mesías tan poderoso que haga que Israel y los palestinos vendan sus armas para comprar semillas y tractores, ya que ellos no van a estar interesados en pelear entre sí por la tierra (Is 2:4).
Jesús, el Mesías, tiene un poder impresionante. Él tiene planes fantásticos para el bien (ver Jer 29:11), planes que nos incluyen a nosotros (Heb 11:40). Casi nadie se perdió la llegada de la primera Navidad del Mesías, incluso después de siglos de los anuncios de Isaías y otros profetas. Ahora la Iglesia en las lecturas de Adviento nos advierte que estemos preparados para la venida de Jesús en esta Navidad. ¿Vamos nosotros, incrédulos, a hacer caso omiso de las fantásticas profecías que son tan buenas y perdernos Su venida de nuevo? Jesús está buscando fe (ver Mt 8:10) — en Él y en Sus promesas. Esta Navidad, cuando Jesús venga, "¿encontrará fe sobre la tierra?" (Lc 18:8)
Oración: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará" (ver Mt 8:8).
Promesa: "La gloria del Señor será refugio y protección" (Is 4:6).
Alabanza: James se levanta temprano para ir a la Misa diaria antes de ir al trabajo.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.
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