otra colecta
Jesús "vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el Tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre" (Lucas 21:1-2).
Debido a que Jesús es el mismo hoy como ayer (Heb 13:8), Él aún nos observa cuando ponemos nuestra ofrenda en la colecta. Sin embargo, las colectas no tienen lugar solo en una iglesia. Por ejemplo, el Señor recoge una colecta todos los días de los que se han unido en matrimonio, porque Él ha instituido el matrimonio para que sea una vida de total entrega. De hecho, el Señor recoge colectas diariamente en las vocaciones y vidas de toda la gente.
Lo que el Señor busca en una colecta no es tanto la cantidad como el sacrificio. Él aprueba más a los que dan de lo poco que tienen que a los que dan de lo les sobra (ver Lc 21:4).
Jesús puso todo en la colecta del Calvario. Él nos dará la gracia de dar como Él dio. Justo ahora, Jesús está a punto de recibir otra colecta. Ponga su vida en la canasta de la colecta. Dé sin tomar en cuenta el costo. Dé todo por amor. Jesús observa. Jesús nos ama. Dé a, con y en Jesús.
Oración: Padre, hazme un donador alegre (ver 2 Co 9:7), sacrificado y total.
Promesa: "Estos son los que no se han contaminado… Ellos siguen al Cordero donde quiera que vaya. Han sido los primeros hombres rescatados para Dios y el Cordero" (Ap 14:4).
Alabanza: Santa Ana y san Joaquín creían que Dios cumpliría Su plan por medio de su hija. Ellos expresaron su creencia presentando a María en el Templo cuando tenía 3 años.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.
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