Antes de que hubiera calculadoras electrónicas, había reglas de cálculo para hacer ciertos tipos de cálculos fácilmente. Hoy en día, tal vez más que nunca, tenemos un tipo diferente de regla de cálculo. Muchas personas han abandonado completamente reglas, leyes, normas, convicciones y mandamientos para "calcular" su moral. Por ejemplo, Jesús nos dijo que más vale que antes nos saquemos los ojos si tan solo estamos tentados de mirar con lujuria (Mt 5:28-29). El Señor dejó claro que la "conducta lasciva o la promiscuidad o deseos impuros de cualquier tipo" no deben ser mencionados (Ef 5:3). "Lo mismo digo acerca de las obscenidades, de las malas conversaciones y de las bromas groseras" (Ef 5:4).

Muchas personas están desviando y esquivando estas reglas y órdenes de Jesús. La mayoría en nuestra cultura solían pensar, no hace mucho tiempo, que la lujuria estaba mal. Al principio, la lujuria sin fornicación era consentida como aceptable por muchos. Luego, la fornicación sin adulterio estaba bien en la regla de cálculo. Poco después, la promiscuidad sexual con anticonceptivos, para evitar embarazos y abortos, también estaba bien. A medida que la moral sexual caía y se desviaba más y más, cualquier relación heterosexual, aunque acabara en aborto, estaba bien con tal de que no fuese un aborto tardío. La sodomía y el sexo sadomasoquista se veían como perversiones no hace tanto. Ahora casi cualquier perversión es exhibida excepto el abuso sexual de niños. ¿Qué será lo próximo? Violación, rituales sexuales demoníacos, la bestialidad, orgías, etc. Cuando dejamos que la verdad se pierda, conoceremos qué profundos son los pozos de la perversión. Vuélvete a Jesús, la verdad que nunca cambia.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.

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