exaltaciones
"Hoy empezaré a engrandecerme a los ojos de todo Israel, para que sepan que yo estoy contigo" (Josué 3:7).
El Señor exalta a los padres cristianos a una posición muy alta para que sus hijos los escuchen y sean discípulos de Jesús. El Señor también exalta a los obreros piadosos para que puedan influir e impactar el mundo secular con el Evangelio. El Señor exalta a los pastores y líderes humildes, para que la gente los siga hacia la tierra prometida (ver Mt 23:12).
El Señor nos exalta al hacer milagros por medio de nosotros. Por ejemplo, Moisés hizo descender diez plagas sobre Egipto e hizo que el ejército egipcio se ahogara en el Mar Rojo. Josué detuvo la corriente del Río Jordán, de modo que los israelitas pudieron entrar y ocupar la tierra prometida (Jos 3:16). Pablo habló de lograr "los rasgos que distinguen al verdadero apóstol: paciencia a toda prueba, signos, prodigios y milagros" (2 Co 12:12). El Señor no seguirá exaltando a alguien que use su influencia para favorecer sus propios intereses. El Señor exalta a aquellos que lo exalten a Él y no a sus propios egos.
Si te humillas a ti mismo y crees en Jesús, harás cosas mayores que las que hizo Jesús (Jn 14:12). El Señor te exaltará. Serás respetado (Hch 5:13). Tendrás una profunda influencia en el mundo de Jesús.
Oración: Padre, usa cualquier popularidad, prestigio o influencia que yo tenga para guiar la gente hacia Ti.
Promesa: "Indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos" (Mt 18:34-35).
Alabanza: San Hipólito, un antipapa que provocó un cisma en la Iglesia por dieciocho años, se humilló, se reconcilió con san Ponciano, el verdadero papa y urgió a sus seguidores a unirse al Papa Ponciano. El Señor usó su muerte como mártir para sanar toda desunión y cisma en la Iglesia.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de abril de 2015
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