creado para adorarlo para siempre
"En el segundo año, el primer día del primer mes, se procedió a la erección de la Morada. Moisés asentó sus bases" (Éxodo 40:17-18).
El gran final del libro del Éxodo es la terminación de la Morada, el lugar de la tierra donde Dios estaba más poderosa e íntimamente presente. Las plagas condujeron al Éxodo, hacia el cruce milagroso del Mar Rojo. A continuación de Moisés recibió la ley divina en el Monte Sinaí. Finalmente se culmina la salida de Egipto o Éxodo con la construcción de la Morada.
La meta de la vida es entrar más profundamente en la presencia de Dios y adorarlo para siempre en el cielo. Las plagas, los milagros y las leyes de nuestras vidas no suceden al azar. Se ordenaron para traernos al lugar santísimo de la presencia de Dios para que lo adoremos. Existimos "para alabanza de su gloria" (Ef 1:12).
¿Se ha centrado tu vida en adorar a Dios? ¿Haces "buenas obras" y compartes lo que tienes (Heb 13:16) con el fin de "ofrecer sin cesar a Dios un sacrificio de alabanza"? (Heb 13:15) ¿Te ofreciste "como una víctima viva, santa y agradable a Dios, pues éste es el culto espiritual que debe(s) ofrecer"? (Rom 12:1) Estás vivo hoy para adorar al Señor. La adoración es la meta de tu vida y la esencia de la eternidad en el trono de Dios en el cielo. Adóralo "en espíritu y en verdad" (Jn 4:23).
Oración: Padre, haz que mi corazón quiera adorarte cada vez más.
Promesa: "Vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente" (Mt 13:49-50).
Alabanza: San Pedro Crisólogo proclamó la palabra de Dios contra el paganismo, los crecientes abusos y la falta de santidad.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de febrero de 2015
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