cambios en las zonas
"Para los buenos brilla una luz en las tinieblas" (Salmos 112:4).
En muchos aspectos de nuestras vidas, tenemos varias zonas. Por ejemplo, todos tenemos la zona de confort en el trabajo, en las relaciones, en la oración, en el estudio, en el servicio, etc. En nuestras zonas de comodidad, nos relajamos y probablemente disfrutamos.
Si por amor o alguna otra razón, cruzamos el límite de nuestra zona de confort, entramos en una zona de incomodidad. En esta zona, luchamos y sufrimos. En esta zona, encontramos tanto el peligro de agotamiento físico como la oportunidad de crecer en la santidad cuando nuestras facultades son desafiadas y ejercitadas vigorosamente.
Si seguimos adelante en el amor y se cruza el límite de la zona de incomodidad, entramos en una nueva zona, misteriosa la cual es difícil de nombrar. Es una zona de misterio y de paradoja de una alegría indescriptible combinada con un amor crucificado. En esta zona, es donde estamos viviendo, dando, orando y ayunando "en el borde." Estamos ampliándonos en secreto más que nunca y nuestro Padre que nos ve en lo secreto (Mt 6:4, 6, 18) nos va recompensar. Ésta es la zona de las tentaciones, de agonías y de la victoria pascual.
Cruza la frontera a una zona de mayor amor.
Oración: Padre, que yo acepte que mi vida sea zonificada por la cruz.
Promesa: "El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia" (2 Co 9:10).
Alabanza: Margarita le da gracias de todo corazón a Jesús por despertarse cada día.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de febrero de 2015
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