estupendo sacudón
"¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes?" (Deuteronomio 4:8).
"Dios es amor" (1 Jn 4:16). En consecuencia, Él quiere darle a la gente lo mejor de lo mejor. Por eso levanta personas para hacer grandes cosas. Dios nos llama a esa grandeza porque Él es amor.
Nosotros seremos grandiosos y nuestra nación será grandiosa si nosotros:
- obedecemos las leyes de Dios atentamente (Dt 4:6-8; Mt 5:19).
- enseñamos los mandatos de Dios (Mt 5:19)
- servimos a nuestros hermanos (Mt 20-26).
Este obedecer, enseñar y servir requerirá que nosotros, como Jesús, demos la vida por otros (Mt 20-28). La grandeza no se mide por lo que hemos logrado o lo que tenemos; sino que se expresa en nuestra capacidad de morir a nosotros mismos. No recordamos la grandeza de Poncio Pilatos, ni de Herodes, ni de los Fariseos, ni mucho menos de los verdugos de Jesús. Sin embargo todos reconocemos la grandeza de Jesús en la cruz. El camino a la grandeza es el camino de la cruz.
¿Quieres ser grande a los ojos de Jesús? Aunque sea difícil, ¿lo harías por amor a Dios y su Pueblo? Elije la grandeza, la obediencia, la enseñanza, el servicio, la muerte y el amor. Sé grande por Amor (1 Jn 4:16).
Oración: Padre, que pueda yo complacerte aspirando a la grandeza de servir a otros (ver Mt 20:26).
Promesa: "Envía su mensaje a la tierra, su palabra corre velozmente; reparte la nieve como lana y esparce la escarcha como ceniza" (Sal 147: 15-16)
Alabanza: La pequeña Ileana esperaba ansiosamente su Primera Comunión, mucho más que a su cumpleaños.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de agosto de 2014
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.