la palabra para la cuaresma
"Así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé" (Isaías 55:11).
La palabra de Dios nunca se queda estéril, sino que logra el fin por el cual fue pronunciada. Porque la palabra de Dios siempre es "viva y eficaz" (Heb 4:12), "vale más... que todo el oro y la plata" (Sal 119:72). Por lo tanto, debemos leer y compartir la Palabra de Dios diariamente (Hch 17:11), porque ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo (Catecismo, 133, San Jerónimo).
En esta cuaresma, la Palabra de Dios ha de encontrar un hogar en tu vida. "Dejen de lado, entonces, toda impureza y todo resto de maldad, y reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos" (Stg 1:21). Al igual que Jesús, utiliza la Palabra de Dios para resistir las tentaciones de Satanás (Lc 4:4, 8, 12). Permanece en la Palabra de Dios (Jn 8:31). Empápate en la palabra, y déjate purificar " con el bautismo del agua y la palabra" (Ef 5:26). Deléitate en la Palabra del Señor y medita en ella día y noche (véase Sal 1:2). "Que el libro de esta Ley nunca se aparte de ti: medítalo día y noche, para obrar fielmente en todo conforme a lo que está escrito en él. Así harás prosperar tus empresas y tendrás éxito" (Jos 1:8). Esta cuaresma, prepárate para la Pascua tomando un largo paseo con Jesús y deja que Él interprete "en todas las Escrituras lo que se (refiere) a Él" (Lc 24:27). Una cuaresma en la Palabra de Dios es una cuaresma en la voluntad de Dios, una cuaresma de toda una vida.
Oración: Padre, esta Cuaresma que tu palabra arda en mí y me purifique. (Lc 24:32).
Promesa: "Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido" (Mt 6:11-12).
Alabanza: Varios jóvenes se encuentran con un grupo de adultos para fielmente preparar Un Pan, Un Cuerpo. El libro que está en sus manos bien pudo haber sido preparado con amor por uno de estos jóvenes.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de agosto de 2014
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