haciendo amigos
"Pero gracias a Dios, ustedes, después de haber sido esclavos del pecado, han obedecido de corazón a la regla de doctrina, a la cual fueron confiados, y ahora, liberados del pecado, han llegado a ser servidores de la justicia" (Romanos 6:17-18).
El Señor revela que cada ser humano es por naturaleza un esclavo. Podemos pensar que estamos haciendo nuestras propias cosas, pero en verdad estamos haciendo la voluntad de otro. No tenemos opción acerca de ser esclavos, pero sí podemos elegir de quien vamos a ser servir. Podemos: "someternos a alguien como esclavos para obedecerle, hacernos esclavos de aquel a quien obedecemos, sea del pecado, que conduce a la muerte, sea de la obediencia que conduce a la justicia" (Rom 6:16). Si no elegimos, el diablo nos reclutará para servirle a él, y si no elegimos a Jesús, no podemos detener a Satanás.
Si elegimos ser esclavos de Jesús (ver Col 3:24), estamos glorificados (ver Mt 23:12). Tendremos la mayor dignidad que puede tener un ser humano. En algún momento, Jesús nos llamará amigo y no esclavo, porque "ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre" (Jn 15:15).
El camino a la amistad con Jesús es a través de la esclavitud a Él, porque: "se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano" (Fil 2:7). Por lo tanto, date cuenta que actuar por si solo es solamente un engaño. Rechaza ser un esclavo de Satanás. Alegremente elige ser esclavo de Jesús y eventualmente, Su amigo.
Oración: Padre, que no me adapte a este mundo, sino que sea transformado por la renovación de mi mente (Rom 12:2).
Promesa: "El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más" (Lc 12:47-48).
Alabanza: José se esclavizo a las drogas, pero Jesús lo liberó.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de junio de 2015.
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