¿solos en el hogar?
"Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo?" (Lucas 10:40).
Marta estaba sirviendo sola. Muchos cristianos también se sienten muy solos en su servicio al Señor y su gente. Marta se quejó ante Jesús porque necesitaba que María le ayudara (Lc 10:40). Nosotros también oramos a Jesús para que Él consiga a alguien que nos ayude. Muchas veces, Jesús no nos envía a nadie. Esto nos da la impresión de que Jesús no se preocupa. En verdad, puede que Jesús no atienda en ocasiones particulares nuestra demanda para que otros nos ayuden a continuar la labor. Se trata, más bien, de que su preocupación se centra en que por el momento detengamos el trabajo y le escuchemos (Lc 10:39). Cuando estamos sirviendo solos, debemos renunciar a la expectativa de que otros nos ayuden. Aún más, debemos unirnos a la expectativa de Jesús para que nos detengamos y le escuchemos. Cuando estamos solos y debemos hacer algo, precisamente ahí es cuando debemos detenernos a pensar.
Efectivamente Jesús se preocupa cuando le servimos solos. Le importa tanto que quiere estar con nosotros y hablarnos. Después de estar "a solas" con Jesús obtenemos la sabiduría y la fuerza de servir solos o veremos al Señor que se vale de otros para que nos ayuden. Lo primero y más importante es que Jesús quiere que le escuchemos. ¿Tú te preocupas por escucharle y pasar tiempo a solas con Él?
Oración: Padre, que no aborrezca la soledad, sino que pueda correr hacia Ti.
Promesa: "Cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba, tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón" (Jer 15:16).
Alabanza: Santa "Marta dijo a Jesús, '…Yo sé que aún ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas' " (Jn 11:21-22).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2014
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