el sentido de lavida
"Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios" (Juan 3:5).
Cuando Nicodemo habló de signos y maravillas, Jesús hablaba del Bautismo, de ser engendrado del agua y del Espíritu. Cuando Jesús le habló a la mujer samaritana, Él le prometió "el agua viva" del Bautismo, una fuente dentro de ella "que brotará hasta la Vida eterna" (Jn 4:10-14). Incluso cuando el cuerpo sin vida de Jesús estaba colgando de la cruz, su lenguaje corporal hablaba del Bautismo, como sangre y agua que fluían de su costado traspasado (Jn 19:34). Antes de ascender, Jesús dio a la Iglesia "la gran comisión" de hacer discípulos de todas las naciones y bautizarlas (ver Mt 28:19). Antes de ascender, Jesús también prometió: "ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo" (Hch 1:5). Por ello, la Iglesia nació cuando miles de personas fueron bautizadas en el primer Pentecostés cristiano (Hch 2:41). En el quinto versículo empezando por el final de la Biblia, de nuevo Jesús se refiere al Bautismo cuando nos invita a "que beban gratuitamente del agua de vida" (Ap 22:17).
La Iglesia entendió el mensaje Jesús. Por eso, en el día más importante del año, la Vigilia y el Domingo de Pascua, en cada Misa y en cada iglesia católica del mundo, somos invitados a renovar nuestras promesas bautismales. Vive tu Bautismo. Ésta es la voluntad de Jesús y lo que da sentido a nuestras vidas.
Oración: Padre, Hijo y Espíritu Santo, creo en ti. Por tu gracia, rechazo a Satanás, a todas sus obras y a todas sus promesas vacías.
Promesa: "Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos; todos quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaban decididamente la Palabra de Dios" (Hch 4: 31).
Alabanza: San Pedro celosamente atendió a los enfermos. Su amor cuidadoso por los enfermos produjo mucho fruto cuando él guió a muchas familias a la fe en Jesús.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de diciembre de 2013
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