por segunda vez
"Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos" (Marcos 8:25).
"Él tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: '¿Ves algo?'. El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: 'Veo hombres, como si fueran árboles que caminan'. Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó curado y veía todo con claridad" (Mc 8:23-25).
¿Esta nublada tu vista espiritual? Jesús puede haberte ya impuesto manos a través del bautismo y la confirmación, y aún así puedes haberte extraviado de la realidad. Nosotros cristianos podemos habernos cegado incluso al estar ciegos por el pecado (Is 29:9; 1 Jn 2:11). Como el ciego en la lectura del Evangelio de hoy, necesitamos que Jesús nos imponga sus manos por segunda vez. Necesitamos renovar nuestros Bautismo y Confirmación. Necesitamos confesar nuestros pecados en el Sacramento de la Reconciliación. Luego se restaurará nuestra vista espiritual (Mc 8:25). "Recuperaremos la vista y veremos todo claramente" (Mc 8:25). Veremos más claramente la voluntad de Jesús para nuestra vida y eventualmente Lo veremos cara a cara en la luz eterna de Dios (1Co 13:12). Ven a Jesús por segunda vez.
Oración: Padre, no me quedaré ni un momento más en el pecado. Caminaré en Tu luz (1 Jn 1:7).
Promesa: "La religiosidad pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas cuando están necesitados, y en no contaminarse con el mundo" (Stg 1:27).
Alabanza: Juanita da regularmente grandes cantidades de dinero para financiar la difusión del Evangelio.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 8 de augusto de 2013
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