obediencia: el camino hacia al amor
"Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Esta es la señal de que vivimos en él" (1 Juan 2:5).
El propósito del Tiempo de Navidad es crecer en nuestro amor a Jesús. Esto requiere la gracia de Dios, nuestra voluntad de aceptarla y la conversión del corazón para amar. La obediencia es necesaria en este proceso de transformación. "Por su obediencia a la verdad, ustedes se han purificado "para amarse sinceramente" (1 Pe 1:22). "La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos" (1 Jn 2:3).
En obediencia, María concibió a Cristo y lo amó más profundamente de lo que nadie lo haya amado. La obediencia de José le convirtió en el padre adoptivo de Jesús. Igualmente los pastores y los magos llegaron al niño Jesús siguiendo la estrella. La obediencia de Simeón le llevó "al Templo" (Lc 2:27), donde encontró a Jesús, luz para iluminar a las naciones y gloria de su pueblo Israel (Lc 2:32).
La Navidad es un viaje a "la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo" (Ef 3:18). No sabemos el camino, pero Jesús, es el Camino (Jn 14:6), quien nos dirá cada paso a tomar. Obedezcan al Amor en el camino hacia el amor.
Oración: Abba, guíame para amar con el amor de un mártir.
Promesa: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos" (Lc 2:34-35).
Alabanza: El rey Enrique II hizo penitencia pública por el papel que jugó en la muerte de santo Tomás.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de agosto de 2014
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