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Domingo, 5 de enero de 2014

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Fiesta de la Epifanía


Isaías 60:1-6
Efesios 3:2-3, 5-6
Salmos 72:1-2, 7-8, 10-13
Mateo 2:1-12

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Reflexiones Similares

la sabiduria del abandono

"Las naciones caminarán a tu luz y los reyes, al esplendor de tu aurora" (Isaías 60:3).

Hombres y mujeres de lugares lejanos, vienen a postrarse frente a Jesús, rindiéndole homenaje, y dándose completamente a Él (Mt 2:11). Este abandono es el final de un largo viaje y el comienzo de una nueva vida —para siempre.

De tierras lejanas vienen los Reyes Magos, convencidos que ha nacido un Rey. Ellos enfrentan toda clase de retos sabiendo que hay algo grande que amerita el gran esfuerzo. Si logramos esa conciencia de algo "grande" que nos espera, no buscaremos la Misa más rápida para cumplir con la obligación dominical. En vez de esto consideramos la Misa como un privilegio en el que rendimos adoración a Dios. Cuando nos abandonamos a los pies de Jesús, nos abrimos a una sabiduría que nos permite ver lo que es verdaderamente importante; especialmente en situaciones en que podamos ser perseguidos (Cfr. Hch 5:41; 13:52). Esta sabiduría no se conforma con el esfuerzo mínimo; sino que busca nuevas oportunidades para abandonarse al amor y a la voluntad de Dios. Los hombres y mujeres sabios siempre vas más allá de sus inclinaciones naturales de egoísmo, pereza, y miedo. Ellos viven sobrenaturalmente –por la gracia y por la fe.

El Señor quiere que seamos hombres y mujeres sabios, ¿Estás dispuesto a ser sabio o sabia? (Cfr. Sal 111:10), ¿a seguir la estrella y darlo todo por Jesús?

Oración:  Padre, en está Epifanía, regálame el temor a Dios, el cual es el principio de la sabiduría.

Promesa:  "Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti (Is 60:2).

Alabanza:  ¡Aleluya! Cristo "En efecto, es realmente grande el misterio que veneramos: Él se manifestó en la carne, fue justificado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos, aceptado en el mundo y elevado a la gloria." (1 Tim 3:16).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de julio de 2013

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