Pablo le repetía a Timoteo las siguientes instrucciones: "Quédate en Éfeso, para ordenar a ciertas personas que no enseñen ideas falsas" (1Tm 1,3) igualmente nosotros necesitamos "quedarnos". Debemos orar diariamente por la gracia de perseverancia final para que nunca "nos apartemos" de nuestra devoción pura y sincera a Cristo. (2Cor 11,3).

A través de la comunidad cristiana, el Señor frecuentemente nos da la gracia de la perseverancia final. Pablo le hizo notar a Timoteo que él era Pablo "verdadero hijo en la fe" (1Tm 1,2) Rodeados por una multitud de testigos cristianos, cada uno de nosotros, como Timoteo, tendremos la fuerza para perseverar en la carrera de la fe y la vida cristiana. (Heb 12,1).

Pablo también agradeció al Señor por hacerle creyente y por su infinita misericordia. (Cfr. 1Tm 1,2, 12,13). Cuando pensamos cuánto ha hecho el Señor por nosotros –su sacrificio en la Cruz, su gloriosa resurrección y su amor por nosotros los pecadores– no hay más que agradecer al Señor. Así seguiremos recibiendo la gracia de Dios para mantener nuestro trabajo continuo en el Evangelio. Quienes siguen mirando atrás, y dando excusas, no sirven para el Reino de Dios. (Cfr. Lc 9,62).

Agradece este regalo, fija tus ojos en Jesús, Él sufrió en la cruz y está sentado a la derecha del trono de Dios. (Cfr. Heb 12,2). Vive en una comunidad cristiana, y nunca perderás tu amor por Cristo Jesús (Ap 2,4).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 5 de mayo de 2013

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