el resto de mi vida
"Cuando lo que habían sido contratados al final del día vinieron, recibieron como pago la jornada entera" (Mateo 20,9).
Tal vez tu hayas desperdiciado tu vida "haciendo lo que tu querías." Ahora que le has dado tu vida a Jesús no quieres "pasar el resto de tu vida satisfaciendo tus deseos terrenales, pero en cambio haciendo la voluntad de Dios. Ya has dedicado suficiente tiempo en lo que satisfice a los paganos" (1Pe 4,2-3).
Sin embargo, te lamentas de que te haya tomado todo este tiempo el empezar a vivir. El Señor desea convertir tu tristeza en felicidad (Cfr. Sal 30,12) asegurándote de que te dará el día de pago completo aunque tú solo hayas trabajado un corto tiempo para El. (Mt 20,14). El Señor "te recompensará por los años que la langosta ha desbastado" (Jl 2,25), es decir por los años de tu vida desperdiciados. El Señor en Su misericordia salva al mejor al último, así como lo hizo en las bodas de Caná (Jn 2,10). Entonces "olvidándome del camino recorrido, me lanzo hacia adelante" (Fil 3,13).
El Señor murió por tus pecados del pasado, déjalos atrás. Agradécele que tengas el privilegio de vivir por Él en el presente. Haz la siguiente promesa: "Por el resto de mi vida, solamente serviré al Señor, en todas las formas y con todo mi corazón."
Oración: Padre te agradezco la vida, tu perdón, el presente y el resto de mi vida. Te la doy a Ti.
Promesa: "El último será primero y el primero será último" (Mt 20,16).
Alabanza: El Papa san Pio X, de orígenes humildes, fue elevado a la jerarquía de Papa para servir a un mundo tumultuoso y violento.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 5 de mayo de 2013
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