Mientras los israelitas se preparaban para la primer comida de Pascua, Dios les dio a ellos un mandato que les revolucionó sus vidas. Cambiaron sus agendas. Sus almanaques estarían ahora basados en la Pascua. La esclavitud que era controlada por otros, ahora sería remplazada por un programa delineado por Dios. La Adoración al Señor tendría ahora prioridad sobre el trabajo. Después de comer el festín de Pascua, Dios condujo a su gente a través del Mar Rojo, a una nueva liberación basada en el Señor a través del tiempo.

Antes de la Pascua, los israelitas eran esclavos de una agenda diferente. Los tiranos egipcios controlaban todos los movimientos día y noche, llenando sus días, semanas y meses con largas horas de trabajo. Muchos de ustedes entenderán esto muy bien. Uno desea ardientemente tener tiempo libre, pero uno es esclavo de su horario. Por eso, ustedes necesitan que Jesús los guíe a través de una nueva Pascua.

¡Hay una buena nueva! Se les ha dado a ustedes una nueva Pascua, llamada la Misa (1Cor 5:7) La Misa esta fuera de la agenda diaria. Cuando uno se entrega totalmente en alma y cuerpo, durante la Misa, Él les multiplicara su tiempo.

Cambia tu agenda, pon la Misa, esta nueva Pascua, encabezando los horarios de la agenda. Asiste a la Misa diariamente, o al menos desea hacerlo así. Debes dar prioridad a la Adoración del Señor sobre todas las otras cosas. Recibe el Cuerpo y Sangre de Jesús en la Eucaristía y recibirás un premio por vida. (Heb 4:16, RNAB).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de marzo de 2013

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.