el temor en pentecostes
"Los que temen al Señor, esperen su misericordia y no se desvíen, para no caer" (Eclo 2:7).
"Los que temen al Señor, tengan confianza en Él" (Eclo 2, 8). "Los que temen al Señor, esperen sus beneficios" (Eclo 2, 9). "¿Quien confió en el Señor, y quedó confundido?" (Eclo 2, 10).
El escritor de Eclesiástico repite su exhortación a vivir el temor de Dios, distinto de "temer a Dios". En otras palabras, que podamos amar a Dios de tal manera que sintamos la urgencia de "permanecer" en su Amor; evitando ofenderle, siendo consolados por su misericordia. Nosotros recibimos el don del Temor de Dios cuando fuimos bautizados y confirmados (Cfr. Is. 11, 2-3). Estamos llamados a vivir en ese temor del Señor, asistidos por el Espíritu (Hch. 9, 31). Si lo hacemos, "no nos faltará nuestra recompensa" (Eclo 2, 8); recibiremos "el gozo duradero y la misericordia," (Eclo 2, 9). "El temor del Señor es gloria y motivo de orgullo, es gozo y corona de alegría. El temor del Señor deleita el corazón, da gozo, alegría y larga vida. Todo terminara bien para el que teme al Señor, el será bendecido en el día de su muerte. El principio de la sabiduría es el temor del Señor," (Eclo 1, 11-14).
Ore porque un temor reverente se nos cubra (Hch. 2, 43) y porque el temor de Dios llene los corazones de los fieles (Hch. 5, 11). Que todos los que asistieron a la Misa de Pentecostés el pasado domingo se llenen del temor de Dios.
Oración: Padre, déjame temblar al escuchar tu Palabra (Is 66,2)
Promesa: "Confía en Él, y Él vendrá en tu ayuda, endereza tus caminos y espera en Él," (Eclo. 2, 6).
Alabanza: San Cristóbal gritó durante su martirio: "Yo perdono de todo corazón a los responsables por mi muerte".
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.