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Martes, 14 de mayo de 2013

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san Matías


Hechos 1:15-17, 20-26
Salmo 113: 1-8
Juan 15: 9-17

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Reflexiones Similares

"el espiritu y la esposa"(ap 22,17)

"Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, habla de Judas, que fue el jefe de los que apresaron a Jesús" (Hechos 1,16).

Mientras que la Iglesia, a punto de nacer en Pentecostés, ora en el aposento alto (Hch 1,14), Pedro se levanta y cita dos frases oscuras de los Salmos (Hch 1,20). Primero leyó el Salmo 69,26, que aplicado a Judas Iscariote, sonaba como que si nadie debiera tomar su lugar; aunque probablemente aplicaba al lugar en que murió. Luego cita el Salmo 109,8, que aplicado a Judas, parece un llamado a la sucesión apostólica. Los apóstoles aceptaron la interpretación profética de Pedro de estos dos pasajes de las Escrituras. Así, tenemos la primera sucesión apostólica. Esta es la única manera que podemos determinar objetivamente si un grupo que se llama a sí mismo una "Iglesia" es verdaderamente la Iglesia fundada por Jesús. Así, la primacía de Pedro, su liderazgo entre los Apóstoles y la sucesión apostólica, estaban ya comenzando a establecerse en la Iglesia en el vientre de la aposento alto, antes de que naciera en Pentecostés.

El Espíritu Santo y la Iglesia, especialmente los aspectos jerárquicos de la Iglesia, van juntos. La venida del Espíritu Santo y el nacimiento de la iglesia fueron simultáneos. El Espíritu y la Esposa de Cristo, la Iglesia, ambos dicen lo mismo (Cfr. Ap 22,17). El Espíritu es Verdad (1Jn 5,6), y la Iglesia es el pilar y baluarte de la verdad (1Tim 3,15). Si estamos en el Espíritu, debemos estar en la Iglesia de una manera profunda.

Oración:  Espíritu Santo, produce en mí tu fruto de amor (Gal 5,22), sobre todo el amor por la Iglesia (Ef 5,25).

Promesa:  "No son ustedes los que me eligieron a Mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero" (Jn 15,16).

Alabanza:  San Mateo se regocijó cuando le azotaron como castigo por las enseñanzas en el Nombre de Jesús (Hch 5,40). Él estaba continuamente "enseñando y anunciando la Buena Noticia de Cristo Jesús" (Hch 5,42).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012

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