servicio de colocación
"En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar."-Juan 14:2-3
El Señor creó a los seres humanos como criaturas de un lugar. Queremos un lugar en la vida, un lugar para vivir, un trabajo estable y hasta un lugar en la mesa. No queremos sentirnos fuera de lugar. También queremos un lugar en el templo. Incluso alguna gente llega temprano para conseguir un lugar concreto. Generalmente es atrás y el mismo que han ocupado durante años.
En lo más profundo sentimos la necesidad de un lugar, no sólo en el templo sino en la Iglesia, el cuerpo de Cristo. Jesús prometió que Él iría a preparar este lugar para nosotros (Jn 14:2). "Cuando subió a lo alto, llevó consigo a los cautivos y repartió dones a los hombres" (Ef 4:8). Usando los dones del Espíritu, podemos ocupar nuestro lugar en el cuerpo de Cristo y en su plan de salvación. Al arrepentirnos, podemos retornar al lugar que nos corresponde después de perderlo por el pecado.
Después de que hemos tomado nuestro lugar en esta vida, Jesús volverá y nos llevará con Él, de modo que, donde Él esté también nosotros podamos estar (Jn 14:3). Él nos dará un lugar en el cielo. Entonces estaremos para siempre en "el lugar."
Oración: Padre, me arrepiento de las palabras y pensamientos que están fuera de lugar (Ver Ef 5:4).
Promesa: "Pero Dios lo resucitó de entre los muertos y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con Él de Galilea a Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo." Hech 13: 30-31
Alabanza: Harry renunció a un trabajo bien pagado porque Dios lo llamó a otro lugar.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012
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