sanación masiva
"Si el profeta te hubiera mandado una cosa extraordinaria, ¿no la habrías hecho?" (2 Reyes 5:13).
Los médicos a menudo deben prescribir tratamientos difíciles: terapia física agotadora, radiación y quimioterapia, dietas especiales, etc. La gente que quiere sanarse seguirá el tratamiento médico. La Iglesia Católica ofrece varias maneras aparentemente simples de ser curado: La confesión, la Misa, la Eucaristía, lectura diaria de las Escrituras, el Unción de los enfermos. A pesar de esta sencillez y aparente facilidad de acceso, las colas para confesión generalmente no son largas. Encontrar un asiento en Misa el domingo no es muy difícil.
Si observamos la poca demanda que tienen estos sacramentos de sanación, pudiéramos concluir que:
- La mayoría de los católicos tienen un espíritu sano y no necesitan de sanación. El que casi la mitad de los matrimonios católicos terminen en divorcio, sugiere que muchas familias católicas sufren, y que la aparente salud espiritual es improbable.
- La mayor parte de los católicos no se da cuenta que su Iglesia tiene un extenso programa de curación a través de la Misa y los Sacramentos. No saben que el Padre es su Sanador (Os 11:4). Sin embargo, la mayoría de los católicos por lo menos han oído hablar de los Sacramentos de los Enfermos y de la Reconciliación.
- A muchos católicos necesitados de curación les falta la humildad para acercase a estos medios ordinarios de la Iglesia. Esta conclusión es muy probable que sea la correcta.
"Humíllense delante del Señor" (Sgo 4:10)." Descarga en él todas tus inquietudes porque él se ocupa de ti." (1 Pt 5:7). Que Jesús, el Médico Divino (Mt 9:12), te cure y te ame.
Oración: Padre, que pueda acudir a Ti y a los Sacramentos de la Iglesia para curarme aun antes de ir al médico. En Ti confío.
Promesa: "Así su carne se volvió como la de un muchacho joven, y quedó limpio" (2 Re 5:14).
Alabanza: Por amor y solidaridad con los pobres, san Casimiro llevó una vida sencilla, algo raro cuando se es un príncipe.
Referencia: (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo editorial).
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 27 de septiembre de 2012
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