la escuela del espiritu
"El hombre natural no acepta lo que es enseñado por el Espíritu de Dios." —1 Corintios 2:14
El Espíritu Santo es nuestro Maestro (ver 1 Jn 2:27). El nos instruye en todo y nos recuerda todo lo que Jesús nos enseñó (Jn 14:26). "El Espíritu escudriña todos los asuntos, incluso las profundidades de Dios" (1 Co 2:10). "Nadie sabe lo que está en las profundidades de Dios excepto el Espíritu de Dios" (1 Co 2:11). Además, el Espíritu nos ayuda "a reconocer los regalos que El nos ha dado" (1 Co 2:12). El nos enseña incluso las palabras con las cuales hablar sobre estos regalos, "para así interpretar las cosas espirituales y términos espirituales" (1 Co 2:13). Esto resulta en que logremos tener el corazón del Padre, la mente de Cristo (ver 1 Co 2:16), y las palabras del Espíritu (ver Mt 10:20). En resumen, el Espíritu nos enseña las profundidades de Dios, nuestros regalos, e incluso nuestro vocabulario espiritual.
En esta época del año, mucha gente va a la escuela. Algunos eligen ir, otros son obligados. Sin embargo, el Espíritu no nos obliga a ir a Su escuela. Podemos negarnos al no aceptar a Jesús, Quien nos bautiza en el Espíritu (Mc 1:8). Podemos sofocar al Espíritu (1 Ts 5:19) al elegir los deseos de la carne en vez de elegir los del Espíritu (Ga 5:17). Los invito a abandonar la escuela de la carne e inscribirnos en la escuela del Espíritu. Jesús es el Camino (ver Jn 14:6) para hacer esto. Acéptenlo como su Salvador, Señor y Dios, y pídanle que los bautice en el Espíritu Santo. Luego "vivan por el Espíritu" y "sigan la guía del Espíritu" (Ga 5:25).
Oración: Espíritu Santo guíame hacia toda la verdad (Jn 16:13).
Promesa: "El da órdenes a los espíritus impuros con autoridad y poder, y ellos se alejan." Lc 4:36
Alabanza: Aunque sus hermanos y hermanas le aconsejaron que se fuera, Marta se mantuvo en su matrimonio y oró por su esposo que a menudo se encontraba ebrio. Dios respondió a las súplicas de Marta y su esposo fue convertido.
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012
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