"revistetede sensatez en la cabeza"<br>(mc 5:15, nuestra trad.)
"Cuando él está lidiando con los arrogantes, Él es severo, pero a los humildes muestra misericordia." —Proverbios 3:34
Dios es amor (1 Jn 4:16). Dios nos está amando a la perfección y nos amará siempre. La pregunta es: "¿Su amor es" amor severo "o amor generoso?" Nosotros decidimos la respuesta a esta pregunta eligiendo humillarnos o no a nosotros mismos. El proverbios 3:34 nos enseña que la mejor manera de amar a personas arrogantes es corrigiéndolas, disciplinándolas y castigándolas para que vuelvan a su sentido común y se arrepientan. En contraste, la manera de amar a los humildes es exaltándolos (Mt. 23:12). ¿Cómo vas a elegir ser amado?
Los proverbios 3:34, que revelan los tratos de Dios con los arrogantes y los humildes, es repetida por el autor de Pedro Primero (1 P 5:5). Este versículo explica con detalle el proverbio, colocándolo en el contexto de la humildad en las relaciones, especialmente para los hombres jóvenes en relación con los hombres de edad. Él nos manda a "vestirnos" a nosotros mismos con humildad (1 P 5:5). Estamos llamados no sólo a ser humildes en algunas circunstancias sino a tener una cobertura total en nuestra humildad.
¿Está usted completamente vestido de humildad, o está semi vestido? Póngase toda la ropa (Mc 5:15), y deje que Dios le ame con amabilidad.
Oración: Padre, que no sólo tenga mi armadura, ( Ef 6:13) sino también mi ropa (ver Col. 3:12).
Promesa: "Nadie enciende una lámpara y la pone debajo del celemín o debajo de una cama, sino que la pone sobre un candelabro para que todo el que entre pueda verla" —Lc 8:16
Alabanza: El joven Keith reza un rosario todas las noches antes de ir a la cama.
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012
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