propositos de la cruz
"Si un hombre quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y siga Mis pasos." —Marcos 8:34
Para ser discípulos de Jesús, debemos tanto negarnos a nosotros mismos así como aceptar la cruz. La negación no es nunca un fin en sí mismo, pero tiene el propósito de aceptar algo. La aceptación no es posible sin la negación. Por ejemplo, aceptar una vida de egoísmo significa negar la cruz, y visceversa. Muchos Cristianos tratan de engañarse a sí mismos al pensar que han aceptado la cruz de Jesús, aunque no han negado al mundo. Sin embargo, en la cruz hemos sido crucificados al mundo y el mundo a nosotros (Ga 6:14). Aceptar la Cruz siempre requiere la negación propia, la negación del mundo. y la negación del pecado. La auto-realización del mundo es rechazo de la cruz.
El compromiso con el sistema mundano que ignora el señorío de Jesús no es simplemente negarse a aceptar la cruz, sino decidir convertirse en un "enemigo de la cruz" (ver Flp 3:18). En consecuencia, la cruz representa, ya sea una piedra de tropiezo o absurdo, el poder y la sabiduría de Dios (1 Co 1:23-24). No hay un término medio. Como dice el himno popular: "La cruz ante nosotros, el mundo detrás de nosotros."
Oración: Padre, que me libre de gloriarme en otra cosa que la cruz (Ga 6:14).
Promesa: "El Señor Dios me ha dado una lengua bien entrenada, a fin de saber cómo hablar a los que están dormidos, una palabra con qué despertarlos. Mañana tras mañana El abre mi oído para que yo pueda oír. " Is 50:4
Alabanza: "Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos porque por Tu santa cruz redimiste al mundo."
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012
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